Hay quienes eligen poner fecha al final de sus días. Nosotros hemos elegido hacerle una despedida a ella y a quienes se van por no poder ser lo que sienten que son.

Un recorrido desde Malmo hasta Lucena hablando de grounding, ensaladilla rusa y recuerdos con sabor andaluz.

¿Te imaginas un viaje en tren pasando por Copacabana, el hueco de un abrazo, y una plegaria? Pues no hace falta que lo imagines. Nosotros lo hemos hecho y aún quedan billetes.

Sin querer o queriendo no nos ha quedado otra que hablar de Pedro y los lobos, aunque la cabra -y las vacas felices - al final tiran al monte. Y nuestro monte está hecho de canciones y recuerdos.

No intentes entender el título, y tampoco por qué después de su éxito, hace más de treinta años, hemos entrevistado a Francesco Napoli. Porque esta vez no va de entender, sino de sentir. Y de regresar al futuro perfecto de la edad del pavo a los cincuenta. O más.

¿Cuánto despecho cabe en 21 gramos? Hoy viajamos a través del amor y el desamor de la mano -y la voz- de Olga Valkiria poniendo fin al trayecto en un cementerio de película, a ritmo de Metallica.

No te dejes engañar por el título. Esta vez hablamos de vampiros, energías, el influjo del eclipse y hasta del muslamen y el último trabajo de Beyoncé.

De «Corrupción en Miami» a «Cuéntame», pasando por «Frijolito», y todo por culpa de Antonio Banderas. Así damos la bienvenida a Abril/cerral.

En plena Semana Santa hablamos de las procesiones que van por dentro, lo prohibido, Rebeca y cómo la primavera invita al placer de los sentidos.

Un paseo por un pasado más compuesto que simple es el que nos ha llevado a comprender que siempre llega la primavera, aunque ya no recordemos los aplausos. Para ello hemos contado con Miguel Ángel Almodóvar, hombree del renacimiento 3.0. y el susurro hecho melodía de Azucena Tapia.

¿Es de mala educación mojarse en lo que nos enfrenta? Tal vez dependa de la manera de plantearlo, de la manera de afrontarlo y, sobre todo, del manejo de la palabra que hagamos en ello. Cruzar las líneas rojas y ponerse a hablar, y hasta a discutir, de sexo, de religión, de fútbol, de política… y no morir en el intento. En Por si fuera poco lo hemos intentado, y no hemos llegado a las manos. Sí se puede, señoras y señores de la política.

Esta vez nos desnudamos todos, mujeres y hombres, en una tarea urgente y necesaria, aportando nuestro grano de arena y cargados de palabras que nada valen si no se acompañan de hechos.

Vulnerabilidad es la palabra que, después de remover las cenizas de todos los incendios —los televisados y los interiores—, nos ha quedado esta semana en Por si fuera poco. De esas mismas cenizas ha de surgir la resiliencia que nos enseñe, como buenos amigos del viento, a volar, renovados y liberados.

Sexo, libros, y una canción de Mari Trini.

Del campo al celuloide pasando por la antigua Grecia, el inglés manchego de Pedro y la reina de las sevillanas. De cine, vaya.

Un viaje en nuestro Porsifuerapoco XI, locamente tripulado por los rincones desérticos del alma, donde conversamos con la reciente finalista del Nadal, Eba Martín Muñoz, nos hacemos eco del último libro del inclasificable Sergio Mayor, y todo ello, antes de estrellarnos contra las casposas reacciones de todos los días —ya sean ante Cristos diferentes o ante cancioncillas valientes—.

Este enero moribundo que «abrilea» nos vamos de paseo. Y lo hacemos de la mano de un cordobés que pone el alma en lo que hace.

¿Es capaz el amor de atravesar pantallas? ¿Quién paga las consecuencias de las injusticias de la propia justicia? ¿Te has parado a escuchar lo que tienen que decir nuestros mayores? Este nueve, pequeñito como Plutón, nos ha salido verbenero. Y reivindicativo. Palabrita de Brad Pitt.

¿Se pueda hablar de los nadie, las drogas, Juan Eslava Galán, aceite de oliva y Arévalo en el mismo programa? Sí, se puede. Incluso pasaremos por un poema de Galeano y cuestionar el humor de la gracia que no tiene gracia.

¿Haces algo por ser feliz? En este episodio -de película- hablamos de Bayona, de cómo se propaga la mala leche, de un joven de ciento tres años y de las emociones que nos produce esa pantalla de cine que llevamos instalada de serie: la memoria